Autobiográfica

Irónico el que me pregunten cómo estoy. corrijo, la ironía aún tiene un poco de respeto; el que alguien te pregunte cómo estás es lo más idiota e inmoral. El día de hoy vi una foto en el periódico que me arrebató la vida: la mujer de las ilusiones se había suicidado, la muerte fue atroz, se tiró a las vías del tren. supongo que tratando de imitar a Ana Karenina, pero un poco más sublime, aunque a nadie le importó.

Pero yo, que siempre tenía una cita con ella antes de ir a dormir o en mis momentos más amargos, me he vestido del luto más negro ante su inesperada ausencia. Entonces depronto vienen estos hijosdeputa a preguntarme ¿cómo coños estoy?, siempre que hacen eso yo procuro seguir el juego de lo hipócrita y contarles que estoy bien, que mi vida marcha viento en popa y cada día estoy más cerca del Nirvana. pero hoy no lo hice, simplemente ya no tuve ganas de seguir, de nada me sirve llamarle a otro ser que pretende ser humano "amigo", cuando sé que no le puedo contar que hoy murió la ilusión que me escuchaba aunque fuera imaginaria, que mi padre me ha corrido de la casa nuevamente en un arreabato de odio, que cada mañana abro mi bandeja esperando un correo de mi exnovio tratando de creer que ha cambiado y que aún me extraña, que estoy preparando una bomba antigringos para vengar la muerte de Osama o que esta noche, en mi soledad no me queda más que contarle mi vida a un conjunto de extraños.

Pero me gusta la relación impersonal que tengo hacia mis lectores, sé que les vale una mierda mi vida y eso es genial, el sentir y no esperar nada de nadie, saber que si me preguntan cómo estoy, les diré que no he cambiado, que sigo escribiendo de noche, que me reinvento a cada instante y que cada 10 minutos le cambio de canal a la televisión. C'est la vie.