jueves, 28 de febrero de 2013

11:51 am del 28 de febrero del 2013.
Para aquellos que gustan del placer de desperdiciar la vida es un día cualquiera; llano, sin subidas ni bajadas, donde solo se trata de mantener equilibrio. Puede también ser el día en que un afortunado se haga un año más viejo o le robe un año más a la vida, como se quiera ver. Para mi, hoy sentada frente al ordenador semidesnuda en una casa que no es mía, en un país que a medias es mío, en un continente donde se queda parte de mi corazón es un día inevitable, de esos que sabes que están por llegar pero que decides ignorar por mucho tiempo.El sonido de mis letras ahora es grave matizado con el color de la experiencia y el olor de un día nublado acobijado bajo la temperatura de 3º. Hoy con un trío de maletas a mi lado me marcho, agradecida por cada paso que he dado. El tiempo es relativo, cuando te das cuenta que se puede medir en 7 meses de vida o una vida en 7 meses. Mis ojos han visto lo invisible, mi boca ha sentido el valor de mis labios, el placer de mi cuerpo mezclado con vino blanco y el frío paralizante mientras toco la nieve una noche de invierno. He sentido el valor del miedo y de poder decirle a alguien te amo sin dudarlo ni un instante, me he mirado desde fuera sin reconocerme, sin saber quien soy mientras le sonrío al cambio. Aquí podría terminar este escrito, el resto de las palabras que siguen probablemente van de sobra cuando lo que un ser humano quiere es expresarse. El valor del ego es grande, como un trago amargo. Hoy más que nunca sé quién soy parada a la mitad del camino a 48 horas de tomar un avión que me llevará a un viaje al pasado, tendré el placer de reencontrarme con sonrisas y lugares conocidos y también con el fantasma de mi otra yo que se había quedado por tanto tiempo encerrado.
Nos encontraremos en el mismo tiempo y en el mismo espacio, pero probablemente al mirarnos a los ojos sabremos que es la última vez que nos vemos pues el futuro me pide llenar otra alma y otros pasos.Después de tantos, es el escrito más importante en mi vida, la marca al momento previo de partir hacia algo tan desconocido donde el único reto a vencer se llama YO

3 metieron mano:

Ramón María

Un día lejano, cuándo el tiempo repose una vida vivida (la tuya) te sentarás distraída tras observar como atardece en algún lugar del Mundo. Será entonces ésta vida recuerdo y revivirás instantes, momentos que pese a ser hoy efímeros los pensarás plenos.

Buen texto por su intimidad, saludo y buen viaje.

Gabriel I.

Nunca se vueve al mismo lugar -creo haber leído alguna vez- salvo que lo mires con los ojos "llenitos de ayer" cual Penélope. De todas maneras, hay que ser muy valiente para " partir hacia algo tan desconocido donde el único reto a vencer se llama YO.", tal como decís.
La distancia, el tiempo... todo a la corta o larga de una manera u otra cambia las perspectivas, lo que -quizás- puede ayudarte a vencerte y -paradójicamente- crear un nuevo desafío.

Bon voyage, ma chérie...

Anónimo

Sus comentarios son plenos e inteligentes, agradezco ampliamente. Asturiela.

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