jueves, 29 de agosto de 2013

23 años.

Ahora escribo probablemente sin que nadie me lea y leo sin que nadie me escriba, estoy recorriendo cada una de las teclas en el ordenador como si recorriera por primera vez uno de lo cuerpos que he disfrutado, con timidez, sin saber qué camino llevar, pero al mismo tiempo curiosa del resultado que darán mis caricias. Hacer el amor es algo que no se olvida ni tampoco escribir, porque me mueve la pasión, es dejar que mi cuerpo y mi cerebro dialoguen con algo más que palabras.

Sigo teniendo miedo, siempre lo tengo, pues mientras más maduras te crees invencible, infinito sin caer en la cuenta de ... (no, no es esto lo que quiero escribir, no es así como quiero expresarme) quiero recordar esa timidez de cuando tenía 17 años y escribía sobre mi tórrido amor que duró más de lo necesario y menos de lo suficiente, quiero escribir de mi adicción al sexo como algo más natural que controlable y de mis romances clandestinos en mi cuarto después de una noche de fiesta, quiero hablar de lo que no necesita palabras y también de lo que muchos dirían que es perder tiempo, quiero hablar de lo mucho que me sigue faltando aunque ya no lo necesito, quiero hablarle a los que no me escuchan porque saben que ni yo misma lo hago. El camino es más largo de lo que creí aunque el final ya no me asusta del todo, tengo 23 años, la edad del descaro y el inicio de las preocupaciones vanas, la edad donde mujeres como yo, se dan cuenta que no se casarán hasta pasados los 26 años aunque muchas veces se imaginarán vestidas de novias aunque nunca lo acepten, la edad donde empiezan a pensar a futuro sin olvidar el pasado y teñir sus recuerdos en un album barato. La edad donde comienza todo lo que ya había comenzado.

4 metieron mano:

Alís

Lo siento, pero sí te leí. ¿A que no me esperabas? Seguro que no después de tanto tiempo.
E intento controlar todo lo que me pide decir tu texto, porque no quiero ser la vieja que sermonea. ¡23 años! A mí me parecen pocos, los míos multiplican por dos los tuyos (casi), pero no es eso. No importa la edad. Cada día es el inicio de algo, el inicio del resto de tu vida. Y tampoco importa eso, porque la vida es, en definitiva, sólo el ahora.
Y escribe de lo que te plazca escribir, porque para ti debes hacerlo. Si además podemos disfrutarlo, mucho mejor.

¿Es tu cumpleaños? Por si acaso, ¡¡felicidades!!

Un abrazo fuerte

Anónimo

Alís... no, no esperaba leerte. Al leerte me leo a mi misma, no te conozco pero quizá te conozco más de lo que muchos lo harían, por años he leído tus textos y puedo presumir de intentar leer más que palabras.

Me ha hecho mucha ilusión leerte, recordar el pasado con una cierta nostalgia... No, no era mi cumpleaños, era simplemente un día.

Un besazo guapa! y Gracias por pasar a visitarme al otro lado del mundo.

Andru lou

Me identifica tanto lo que escribiste. Pensaba que yo nomas estaba enloqueciendo por mi vida, pero lo que me ocurre (o nos ocurre) es propio de la vida que a veces se pone al revés de lo que esperábamos. Siento mas alivio al saber que no soy la única dando vueltas en pensamientos vagos de mi destino.
saludos!!

Asturiela

Andru, tus palabras alimentan lo que escribo, mi para qué. Un beso desde acá.

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