Dos docenas.

En 23 años, he aprendido:

A hacer con amor

A hacer por amor

A hacer el amor

Cada año me prometí hacerlo, como una especie de ritual, como una especie de dogma conmigo misma. Son las 11:41pm, en una Ciudad de muchos colores, en una recámara en medio del Mundo, en medio de todas las personas que amo y las ciudades y países que por hoy, he dejado atrás prometiéndome volver.

Escucho la misma canción, esa que me ha acompañado la víspera del último año que estoy por dejar atrás.

Este año he sido miedo,desapego,dolor,apariencia,espiritualidad,he conocido al mundo un poco más de lo que creí hacerlo y tuve que aceptar que me desconozco para poder avanzar.

Ahora tengo los ojos cerrados, escribir únicamente guiada por el sonido de mis dedos sobre el teclado, y la fé de que lo estoy haciendo bien, quiero escuchar la música que me acompaña. quiero sentir el momento, sentir toda la vida que soy. Sé que lo estoy haciendo bien.

Este, más que otros años, sé que lo estoy haciendo bien.

Ya no le tengo miedo a la incertidumbre,porque ella me inspira hacia la ingenuidad de mirar todo con interés, sin caer en la rutina. Este año estoy parada en el horizonte, mirando las cosas y analizándolas, agradeciendo, agradeciendo siempre, respirando, respirando más.

He vivido más de lo que mis dedos podrían contar, más de lo que mi recuerdo es capaz de procesar, porque soy demasiado humana para traducir lo divino, soy demasiado divina como para solamente conformarme con este humanidad. Gracias.

11:56 pm, antes de empezar a cultivar 2 docenas de rosas.