miércoles, 5 de noviembre de 2014

Ciudad de México.

No me gusta regresar a la Ciudad, ver las calles grises y las vidas polveantes, los dolores de cabeza por estrés y el smog en la cara de quienes van caminando.
No me gusta la Ciudad, el lugar donde la vida pasa aprisa sin contar los segundos, como si cada acción valiera la pena para llegar a una meta de la cual todos sabemos que tendrá el mismo final para cualquiera. El dolor de ojos frente a una pantalla y de alma frente a un amor que entre tanto ruido no puede ser completado, porque los dos desean muchas cosas, quieren muchas cosas que lo único que hacen es estorbar lo real.

No me gusta gusta regresar a la Ciudad, pero me gusta regresar a mi hogar, que es diferente aún al estar en medio de ella, pues todo vale la pena al abrazar a mis padres y ver los ojos de los animales que jamás me olvidaron. Ahora el Sol y la noche están cubiertas por las ventanas y las cortinas que cubren esas ventanas y la luz artificial que uso para iluminarme, la electricidad es el mejor amigo de todo habitante de la gran ciudad, no es posible salir a respirar a los campos, pues el color verde se queda en otro lugar, donde el aire es puro y las caras sonríen al decir "Buenos días" cada mañana.

La Ciudad es más grande de lo que puedo controlar, con muchas personas pequeñas haciendo cosas pequeñas que desde su perspectiva les parecen muy grandes, y gritan y se esfuerzan y se desvelan cada día, cada noche en lograr ser los mejores, los más ricos y los que tienen un mejor auto que presumir en medio del tráfico, pero esa es su Ciudad y les gusta. Les gusta pertenecer al lugar donde el tiempo se vuelve infinitamente rápido y los humanos se creen inmortales.

A mi, en cambio, no me gusta la Ciudad.

4 metieron mano:

Sonia Ruiz

Parece que la ciudad nos arrastra a un ritmo frenético, en el que tienes que demostrarle a los demás que estás ocupado, qué estás viviendo.
A mi me gustan las afueras.
Besos

Syd

La ciudad de México siempre me ha agobiado, el DF me parece más incomodo que una jungla (o eso creo, nunca he estado en una jungla con animales de cuatro, ocho y cien patas), me gusta mi ciudad... aún, porque cada día se parece más a una ciudad grande, pero grande en agobios y en gente que protesta hasta para respirar.

Por eso también me gusta llegar a mi casa y entrar a mi propia ciudad, al menos aquí, el único manifestante permitido soy yo.

Asturiela

Gracias por sus hermosos comentarios!

M.

Sos hermosa

Y siempre, siempre, desde que empecé a leerte, que supiste decir exactamente lo que me pasaba, ¡mierda! Por qué siempre le das en la tecla?

Me reconforta leerte y sentirme un poco más comprendida, un poco menos sola

Cariños desde Buenos Aires

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