Normal.

Mi problema, si se puede llamar problema, es tener miedo a enamorarme. El miedo es bueno cuando se utiliza como precaución, como sistema de defensa y permanencia en el Planeta, porque he escuchado decir que lo peor de morir de amor, es que no te mueres ( y no quiero correr el riesgo).

Me gustan sus besos y también sus grandes ojos negros, me gusta que pueda ser un niño cuando lo que quiero es que se porte como un hombre y a veces viceversa. Me gusta que aunque intente leer mis textos nunca los entienda porque no le gusta la poesía y me gusta la manera en que después de coger un rato, cuando hablamos es cuando hacemos el amor. 

Nunca he pensado en compartir mi vida, porque usualmente voy de prisa, más rápido de lo que alguien me pueda acompañar, pero con él he pensando en ir más lento, en pausar mis pasos y detenerme de cuando en cuando a mirarlo, a escuchar sus palabras que me dicen con esa voz que me encanta y que a veces odio, que cierre los ojos e imagine una casa en el mar, que imagine compartir mis amaneceres y también mis noches de desvelo. Que convertiremos en realidad todos los planes que le tenía al amor de mi Vida (creyendo que iba a ser un extranjero), pero que siempre había terminado improvisando. Que la soledad es buena, por eso sabré estar sola pero nunca abandonada, porque tendré a alguien que nunca me dejará de amar.

Y me gusta imaginar, me gusta empezar a enamorarme. pero el dolor llega cuando inicia la espera de esperar algo que esperas y se convierta en realidad eso que tanto deseas y que siempre has deseado. Es ahí donde inicia el crucigrama y empiezo a correr más rápido, a no voltear hacia atrás, a correr hasta donde ya no escuche su voz diciendo que me quede, a donde nuestras siluetas ya no se ven bien a lo lejos (porque ambos tenemos miopía) y parezca imposible retroceder. 

Para ese que ya conozco o que aún no he conocido, me gustaría enamorarme, me gustaría alguna vez decir te amo, saber qué se siente, si de verdad existe. Escribir historias cursis y así ganarme la vida, en vez de inspirarme cuando un sabor amargo rellena mi boca y la saliva me sabe mal, me gustaría romper con la utopía de la fidelidad, y ser única para mi único sin sentir que estoy perdiendo el tiempo ni la oportunidad con otros hombres. Me gustarían amaneceres, parques, atardeceres, muchos helados de chocolate, spaguetti napolitano y vino tinto, caminatas de la mano en el malecón del pueblo, horas y horas de sexo salvaje y liviano, tierno y rebelde en todas las posiciones, me gustaría ir a ver y no ver los filmes del cine más cercano, las fiestas en Lunes a medio día y los momentos de descanso y besos en horas no apropiadas, las salidas a recorrer el Mundo, me gustaría leerle y que me lea, que me escuche y escucharlo, que me cuente y contarle, que sonría y sonreírle, que me abrace y abrazarlo, que me ame y amarlo y ¿por qué no? algún día tener una familia, sin que me de un escalofrío solo de pensarlo. Así, sin tanta rima, me gustaría.